¡Tenemos que aprender de dónde viene la madera y sus propiedades si vamos a trabajar con ella!
Sabemos que obtenemos la madera de los árboles, ¿pero qué parte del árbol se utiliza para el mobiliario? ¿Existe una sola especie? ¿Cómo se clasifican? ¿Todo esto influye en algo?
Éstas son algunas de las preguntas que nos debemos hacer para conocer la materia prima con la cual vamos a estar trabajando.
En el posteo de hoy hablaremos un poco sobre su composición, un paso fundamental para comprender su estructura y eventualmente sus reacciones y comportamientos.
Para empezar podríamos decir que el árbol es un vegetal leñoso, con un tallo simple llamado tronco, que se extiende hasta la cruz en que se ramifica y forma la copa.
La madera, xilema o leño es la parte sólida de los árboles debajo de la corteza. Un material poroso y heterogéneo, compuesto por varios tipos de células o elementos. Siendo el principal de ellos la celulosa.
Su crecimiento, tanto en altura como en diámetro, nos dará el tamaño de tablón o corte que podamos obtener de él.
Dentro del xilema se encuentran el duramen y la albura.
La albura se encuentra en la parte más externa del árbol, y por lo general es de color más claro. Dado que es la parte más joven del árbol concentra mayor cantidad de químicos, azucares entre otros, necesarios para su crecimiento.
Por ello en cantidad es inferior al duramen, y esta parte es la que generalmente se desecharse como desperdicio por los fabricantes de muebles y ebanistas. Suele ser más blanda y con mayor cantidad de nutrientes, lo que facilita su putrefacción por hongos y el ataque por los xilófagos.
El duramen por el contrario, ubicado en el centro, es frecuentemente más oscura, también más densa y resistente a los ataques de insectos. Y aunque la albura es más fácil de tratar y de trabajar en la mayor parte de los proceso de elaboración, es el duramen que buscamos para la fabricación de mobiliario.
La antigua albura con el correr de los años se transforma en duramen, y deja de formar parte activa del crecimiento del árbol volviéndose mucho más resistente a los ataques externos. Esto lo hace ideal como materia prima para la construcción de muebles resistentes.
A partir de su constitución celular, se diversificarán las especies y clasificaciones de árboles. Tendremos maderas duras y blandas, angiospermas y gimnospermas. De las cuales podremos obtener características organolépticas para poder diferenciarlas, como colores, vetas, texturas, olores diferentes observables a partir de distintos planos o secciones, que nos permitirán obtener nuestro primer diagnóstico con un lente o incluso a simple vista.
Foto de portada: vista microscópica de las células del leño
Fuente: «Compendio de la conservación de maderas» – Koeller 1958
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