En el trabajo de ebanistería, como así también en la restauración de mobiliarios de madera, se encuentran englobados muchos temas y subtemas. Desde analizar previamente las piezas a intervenir, determinar una metodología de trabajo (que hemos comenzamos a ver en un posteo previo), compatibilidades entre diferentes materiales y acabados, y por supuesto la limpieza y el decapado.
En este último tema es donde entra en escena como protagonista principal la rasqueta.
A diferencia de lo que muchos creen, no es un invento actual, sino que se trata de una herramienta, que lleva utilizándose hace más de 100 años, y seguramente me esté quedando corta con el plazo.
Esta herramienta es fabricada a partir de un acero de buena calidad, alto en carbono, el mismo que se utiliza para la fabricación de herramientas, dado que con el temple le aporta gran dureza y elasticidad. Por ello no es una herramienta remplazable por un simple cuchillo afilado, un pedazo de chapa cualquiera, y mucho menos por un vidrio roto.
La calidad del acero determinará la aptitud para sacarle rebaba, la durabilidad del filo, la facilidad de su empleo y la calidad del trabajo resultante. Teniendo en cuenta que se pueden obtener cuatro filos útiles, por los dos cantos largos de una misma rasqueta.
Se fabrican rectas y con formas (cóncavas y convexas). Se emplea en seco, sin necesidad de químicos que deterioren la superficie de la madera. Ya que su finalidad primera es pulir la superficie de las maderas previo a recibir su acabado de protección.
Cuando los elementos de madera están en condiciones de ser armados, Independientemente de lo cuidadoso que uno sea en el empleo del cepillo o garlopa, suelen quedar algunas señales de su paso por la madera, y por ello deben, en ciertas ocasiones, sufrir una última operación: el lijado o pulimentado.
La producción de una superficie absolutamente lisa, en la cual son eliminadas también las irregularidades
La forma de eliminar el repelo que pueden provocar, es mediante el uso de la rasqueta. Empleada para suavizar superficies, limpiar chapeados veteados, maderas entrecruzadas. También para el repaso de lugares estropeados, para eliminar pequeñas irregularidades o quitar cola vieja.
La finalidad del rasqueteado es dejar todas las superficies igualadas y pulidas. Y hoy en día, se suma a ello su empleo para remover pinturas sintéticas y quitar algunas manchas, suciedades o restos sobre la superficie.
No todas las calidades de madera se prestan al mismo sistema de preparación.
Las maderas blandas, por ejemplo, necesitan una preparación más cuidada tanto por lo que se refiere a la tintura a la cual se pueden someter, como por el grado limitado de pulido al cual se puede llegar.
La finalidad de la rasqueta será la de contribuir a la preparación de la superficie de la madera para recibir los productos que sucesivamente se apliquen. Tintes, barnices, entre otros.
La rasqueta es una herramienta de uso primordial para la preparación de la madera dado que constituye una operación de grandísima importancia, puesto que de su buena ejecución depende la belleza del trabajo de acabado.
Cómo afilar tu rasqueta de carpintero:
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