Naturalmente el patrimonio cultural no se conserva, se destruye, a veces lentamente, a veces rápidamente, pero en todo caso con seguridad.
Hoy en día, agresiones de todo tipo amenazan el patrimonio: temblores, incendios, guerras, inundaciones, vandalismo, como también la humedad, exposiciones mal concebidas y tantos otros.
Se trate de bienes culturales o nuestros propios bienes patrimoniales, estos no dejan de envejecer.
La preservación será el conjunto de actuaciones tendientes a cuidar su significado, su lectura y a cuidar su permanencia a través del tiempo, contribuyendo así a garantizar su transmisión a generaciones futuras.
¿Y nosotros desde nuestro humilde lugar de usuarios, podemos contribuir con su preservación? ¡Si!
El deterioro es progresivo y acumulativo, y es provocado por agentes tales como los insectos, las fuerzas físicas, fuego, contaminación, entre otros, sumado a las propias características intrínsecas de los materiales constructivos y técnicas de fabricación de los objetos. Algunos formarán parte de los riesgos y otros del azar.
Podemos comenzar por el cuidado general y la limpieza, tanto de muebles antiguos como modernos. En algunos casos lo mejor será una limpieza suave, porque se corre el riesgo de provocar la desaparición o el desgaste prematuro de sus principales características, y en otros, solo una concienzuda limpieza los defenderá de sus numerosos enemigos.
Por lo general no sabemos de dónde proceden nuestros mobiliarios. Los adquirimos en una feria de antigüedades, los cirujeamos de la calle, o simplemente los heredamos. Ellos pueden provenir de algún sótano húmedo, o de un altillo demasiado seco, donde estuvieron olvidados por años, sin recibir el menor cuidado.
Por más que al adquirirlos, estos muebles ostenten un brillo cálido, y el más convincente aspecto exterior, ignoramos los dramas que pueden estar desarrollándose en las fibras de las maderas que los componen.
Y los recibimos de lo más contentos, le damos la ubicación que se merece en nuestra sala, y luego ¿qué sucede? Un buen día, a causa de la modificación del ambiente, por el cambio de la temperatura y la humedad a que estaba acostumbrado, surgen sobre la pátina una seria de diminutos orificios indicadores de un ataque biológico.
Por ello distinguir las diferentes materialidades de los objetos que conforman nuestro hogar, adquirir conocimiento de los agentes causantes de sus deterioros y comenzar a comprender el medio ambiente en el cual se encuentran será fundamental.
Te invito a seguir este segmento en nuestro blog para poder contribuir con el cuidado de tus mobiliarios.
Fuente: Michalski – 2006
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